27/7/13

el muerto al hoyo, y el vivo al bollo

Cale y su guitarra: adiós al maestro en la sombra. Foto: Jane Richey

Hoy nos hemos enterado de la muerte a los 74 años de uno de los artistas más grandes (y menos valorados, al menos en este país), el cantante y guitarrista norteamericano JJ Cale. No deja de ser irónico que la tragedia se haya producido cuando el mayor expoliador de su estilo, Mark Knopfler, se encuentra de gira por estas tierras (de ahí el refrán que titula este post). Para recordarle, recuperamos una crítica de su disco “Closer To You” (Delabel-Virgin, 1994).

JJ Cale no lleva una cinta en el pelo como si fuera un presunto aspirante a los favores de Arancha, ni dedica ñoñas canciones a un pelón que se precipitó ventana abajo para convertirse en carne picada: tal vez por eso no es famoso. Reticente a las apariciones públicas y moroso en sus entregas discográficas -no como esos imitadores de baratillo (¿hace falta nombrarlos?) que nos agotan hasta la náusea con sus apariciones en discos de homenaje y festivales benéficos-, Cale sigue conservando la magia de la rara avis que, pese a no sorprender, aún deja buen sabor de boca.

En "Closer To You", Cale ofrece un poco más de lo mismo: aproximaciones a los estilos con raíces (blues, country, jazz, latino), y esos ritmos trotones que sus pupilos han pirateado sin tregua. Aunque se rodea de viejos compinches afines a su sensibilidad como Tim Drummond o Jim Keltner, no renuncia a las posibilidades de la juguetería musical moderna, para tocarlo todo en varios temas, vocoderizando su voz o triplicando guitarras. Canciones breves, sin florituras, elegancia a raudales, voz distante, música "bonita" (sí, esa palabra), peligrosamente rayana en la complacencia de las FM para adultos con posibles, pero autenticidad, opuesta a los auténticos expoliadores, aprovechados del talento ajeno para llenarse los bolsillos.