19/7/14

Johnny Winter, mucho mejor desenchufado


Hace un par de días (el 17 de julio) nos llegaba la noticia de la muerte del guitarrista de blues-rock de Texas Johnny Winter a los 70 años. Mi opinión sobre él es contradictoria: me gustaban sus discos, sobre todo la trilogía que grabó en Alligator –especialmente, "Third Degree" (1986), con Dr. John, que incluía, además, un par de temas acústicos interpretados con una National- y, aún más, sus dos álbumes para Pointblank –mi preferido es "Hey, Where's Your Brother?" (1992), donde incidía en su faceta de bluesman acústico-.

Sin embargo, en directo –lo vi, al menos, en dos ocasiones: como telonero de Robben Ford en el Palau d’Esports de Barcelona el 18 de mayo de 1990, y en el Festival de Blues de Cerdanyola el 8 de mayo de 1993- no me parecía lo mismo: su tendencia al heavy blues acababa por cansarme y echaba de menos esos brillantes remansos acústicos de sus últimos discos. Sinceramente, pienso que Winter pretendía satisfacer a su público, poco dado a las sutilezas, y quién sabe cómo habría reaccionado si su guitar hero sacara al escenario, de pronto, una National.

Estos sentimientos encontrados sobre el desaparecido guitarrista los expresé en su momento en la crítica de su disco "Live In NYC 97" (Pointblank, 1998), que recupero aquí en su memoria.

Albino y tatuado, Johnny Winter representa lo mejor de la tradición de la guitarra blues de Texas, siguiendo la senda iniciada por T-Bone Walker y Clarence Brown, perpetuada después por Albert Collins y Freddie King, y más recientemente por Billy Gibbons (de ZZ Top) y Stevie Ray Vaughan.

Grabado durante dos noches en el club Bottom Line, "Live In NYC 97" es el primer disco de Winter desde hace cinco años, y en él muestra su respeto y gratitud por sus héroes: Freddie King, Elmore James y Muddy Waters. El álbum es un fiel reflejo de los conciertos del guitarrista texano, donde potencia el blues de "acoso y derribo" frente a las delicias acústicas con que suele sorprender en sus grabaciones en estudio. Dotado de una voz demasiado "blanca", está claro que su fuerte es la digitación veloz de su guitarra.

En formación de trío, junto a Mark Epstein (bajo) y Tom Compton (batería), Winter pasa revista a algunos de los temas que le han hecho famoso: el poderoso instrumental de Freddie King "Hideaway"; una acerada fusión de "Sen-sa-shun" y "Got My Mojo Working" con base funk; el acelerado boogie de Frankie Lee Sims "She Likes To Boogie Real Low", donde realmente hace "cantar" a su instrumento; el slow de Ray Charles "Black Jack"; y el trepidante "Johnny Guitar" de Johnny "Guitar" Watson.

Cuando toca la slide, Winter no pierde efectividad, sino todo lo contrario: es lo que ocurre en "The Sun Is Shining" de Jimmy Reed, y en "The Sky Is Crying" de Elmore James, un tema que hizo popular otro ilustre texano, Stevie Ray Vaughan: la comparación entre ambos es inevitable, y lo que puede decirse a favor de Johnny es que su versión no es ni mejor ni peor, solo diferente. El albino también sale airoso en el rhythm’n’blues vacilón con influencias de Chuck Berry ("Just A Little Bit"), y en el funk de New Orleans ("Drop The Bomb", de Snooks Eaglin).

Según cuenta el propio Winter, "las canciones que he escogido para este disco están dedicadas a todos mis fans, que me han apoyado al venirme a ver actuar". Seguro que después de escucharlo, seguirán apoyándolo.

Aquí lo podemos ver en directo en 1979, junto a Jon Paris (bajo) y Bobby Torello (batería), interpretando "Hideaway":