26/4/13

Bob Brozman, la simpatía hecha guitarra

Bob y sus guitarras (Foto: Ali Madjdi)
Lo que tienen las redes sociales. Ayer empecé a extrañarme porque mi viejo amigo Manuel Ibarro no dejaba de colgar fotos en Facebook de Bob Brozman. Bueno, pensé que era una forma de dar salida al magnífico archivo fotográfico que debe tener como antiguo responsable del Festival de Blues de Cerdanyola (el bueno, el clásico, el ecléctico, el abierto de miras, no esa mala imitación jodidamente purista de los últimos años).

Iba mirando todas los posts que Manolo colgaba, donde aparecía Bob retratado en varias situaciones durante sus visitas al citado festival... hasta que llegué a uno donde descubrí la triste verdad: el simpático etnomusicólogo y virtuoso de la guitarra había muerto a los 59 años. Es una perogrullada, pero siempre se van los mejores... y menos reconocidos, por cierto.

Como no me gustan las necrológicas, recupero la crítica de uno de sus mejores discos, “Blues’ Round The Bend” (Sky Ranch, 1995).

Experto en guitarras National y Weissenborn (antes que Ben Harper), Bob Brozman no ha recibido los parabienes del gran público, pese a su dilatada carrera. Su nuevo disco parece un intento de acercarse a esa mayoría, dejando de ser un plato exquisito sólo para gourmets del blues: por eso se acompaña de un trío (Thieves Of Sleep).

En cuanto al repertorio, alterna los temas tradicionales del blues, el canto hawaiano y el calipso, con composiciones propias donde pisa terrenos rycooderianos (“Music For Slow Surfers” se abre como “Paris Texas”), y se acerca al ska e incluso al funk (“East”, con una profusión de efectos insólita en un erudito de lo añejo como Brozman).