29/3/12

entre Texas y Louisiana, Marcia

El festival Blues&Ritmes de Badalona cierra su edición este sábado 31 de marzo con el concierto de la magnífica pianista y cantante Marcia Ball. Por eso, para conocerla un poco mejor, recuperamos la crítica de uno de sus mejores discos, Let Me Play With Your Poodle (Rounder, 1997).

Ahora que se habla de los clónicos y la manipulación genética, si se consiguiera combinar los genes creativos de Professor Longhair y Jerry Lee Lewis en el cuerpo de una modelo, se obtendría a alguien parecido a Marcia Ball. O dicho de otro modo, la pianista y cantante de Louisiana reúne en su estilo la influencia de los grandes maestros del piano de Nueva Orleans y la exuberancia del rock’n’roll de Memphis y el blues-soul texano.

Esta ex cheerlader espigada empezó su carrera en Austin a principios de los setenta, como atracción del grupo Freda & The Firedogs, vestida de cowgirl y desgranando versiones de Patsy Montana. Pero los sonidos de su Louisiana natal pronto le reclamaron, y aceptó la herencia que había absorbido durante años, la riqueza de un territorio donde la mezcla de cajun, blues, rock y soul había el sido el caldo de cultivo de grandes pianistas, de James Booker a Professor Longhair, pasando por Dr. John.

Como instrumentista, Ball combina inteligentemente el estilo boogie de Nueva Orleans con el rhythm’n’blues soulero de Austin, su ciudad adoptiva. Y como cantante, encontramos en su voz ecos de Irma Thomas, además de una sorprendente versatilidad que le permite moverse con facilidad entre el western swing, el rock’n’roll, las baladas, el hillbilly o el blues.

En su nuevo trabajo, Let Me Play With Your Poodle, Marcia reafirma todas las cualidades que le han hecho famosa, sin necesidad de tocar el piano con los pechos, como otra colega de Austin, la oronda Candye Kane. El espíritu del boogie de Nueva Orleans empapa canciones como la vital y optimista Let Me Play With Your Poodle, de Tampa Red (con su piano trotón, los metales y el acento cajun aportado por la tabla de lavar o washboard); The Right Tool For The Job (encajaría perfectamente en el repertorio de Professor Longhair); la contagiosa Something I Can't Do; la explosiva Crawfishin', de Clarence Garlow (una fiesta gastronómica con cangrejos de río entre saxos tórridos); y la nostálgica y evocadora Louisiana 1927, de Randy Newman.

Let Me Play With Your Poodle


Crawfishin’


Lousiana 1927