Estos días
anda por nuestras tierras Hugh Laurie, presentando su álbum de debut "Let Them
Talk" (Warner, 2011). Un buen momento, pues, para recordar ese espléndido disco,
una muestra de que el proyecto del artista anteriormente conocido como Dr.
House es mucho más que el capricho de un actor.
Es un
actor británico, con todas las skills que eso supone; pero, además, Hugh Laurie
es un gran aficionado al blues, desde que escuchó a Willie Dixon en la radio y
Nueva Orleans se convirtió en "su Jerusalén". Si a eso le sumamos que empezó a
tocar el piano a los 6 años y que se aficionó a las grabaciones de las leyendas
del blues, comprenderemos mejor que Let Them Talk no es el típico capricho de
estrella. Eso sí, en las notas interiores afirma que "soy un inglés blanco de
clase media entrando abiertamente sin autorización en la música y el mito del
sur norteamericano". Más claro, imposible.
Y llegamos al talento del propio Laurie: en este homenaje al blues de Nueva Orleans se muestra como un pianista impresionante, especialmente en sus recreaciones de St. James Infirmary, Buddy Bolden's Blues, Swanee River y Tipitina. Como cantante es más discreto; aun así, supera con nota el slow acústico Six Cold Feet, se apaña como crooner jazz en Winin' Boy Blues y se sumerge en los pantanos con The Whale Has Swallowed Me. Hasta el momento, Hugh Laurie nos había convencido como actor; tras este disco, nos ha encandilado como músico.
Y aquí podéis ver un reportaje sobre la grabación de Let Them Talk:
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